domingo, 10 de julio de 2011

El primer desamor

No sé que me pasa, pero lo cierto es que no puedo dejar de pensar en él. En sus ojos, en esa sonrisa que ilumina cualquier día gris. Él entero es perfecto. Y no sé... quizá sea que me encanta demasiado...
Pero él no sabe ni que existo.
(¡Se está acercando!)

- Buenas, guapa, ¿cómo estás? - ¿Me estará diciendo a mí? No, seguro que no. Mejor no contestar, no quiero hacer el ridículo.
- Hey, Vanessa...- (¡Sí! Me está hablanso a mi)
- Ah, hola... Perdona, no te había oído. - Digo mientras señalo los auriculares que llevo en los oídos. Miento, le había oído perfectamente...
- Ya veo... Bueno, y, ¿cómo estás?
- Bueno... De exámenes finales, ya sabes. ¿Y tú?
- También... Oye, ¿te apetecería ir a tomar algo conmigo después de clase? - ¿Me lo está diciendo en serio? ¡No puedo creelo! Claro que me apetece.
- Claro, nos vemos luego.
- Genial.

Y se aleja, dejándome así, impaciente por que suene la campana, más impaciente que a diario. Pero, y porqué de repente se ha acercado así, sin más.

Por fin, ha llegado la hora. ¿Dónde estará? ¡Está ahí! Esperándome, que mono.


- ¡Buenas!
- Hola.
- ¿Nos vamos?
- Como quieras... -Digo para que no se note demasiado que lo estoy deseando.

Estamos de camino a un bar, algo alejado de la muchedumbre. ¿Qué querrá...? Esto no es normal.

- Bueno... y qué hacemos aquí...
- A qué te refieres... ¿No querías venir?
- No, no me malinterpretes... no lo decía por eso... Me refiero a que estamos algo alejados del mundo, ¿no?
- Sí... bueno. Prefiero no que nos vean..
- ¿Por qué...?
-  A ver..., no es por ti... , es.. porque no quiero que nadie se entere de lo que hablemos hoy... Es importante para mí.
- Ah.. y de qué quieres hablar, pues.
- De ti... de lo que puedes hacer por mí....
- ¿A qué te refieres?
- Tú eras amiga de Marta, ¿no?
- Sí..., bueno...- ¿Me ha traído hasta aquí para hablarme de..., Marta...?
- ¿Sabes si tiene novio?
- Pues..., no, no lo sé... Pero creo que le mola alguien.
- Ah... pues que pena.

¿Qué pena? ¡Pues a mí no me da ninguna! Me has alejado del mundo para preguntarme si Marta tiene novio. ¿Porqué a mí? Si ni siquiera es mi amiga..., no salgo con ella. No se nada de ella. ¿Porqué me lo tienes que preguntar a mí?
Me entran ganas de llorar, de salir corriendo, pero hago todo lo posible para no llorar. Él me mira, con sus preciosos ojos, pero yo aparto la mirada, no puedo mirarle ahora.

- Que pena porque a Jorge le gusta mucho y me pidió que le sacara información a alguna de sus amigas y eso..., pero bueno, que no pasa nada.
- ¿Le gusta  Jorge?
- Sí..., ¿por?
- No, por nada... Y a ti..., ¿quién te mola?
- No te lo puedo decir...
- ¿Por...?
- Porque si te lo digo se enterará...
- Okey, te creo... Marta..., también me gusta a mí...
- Lo sabía... Yo mejor me voy.


Y lo dejo ahí sentado en esa mesa, en ese bar, en ese mismo bar en el que me ha destrozado el corazón. Pero juro que nadie lo volverá a hacer, porque no pienso enamorarme si no es de la persona adecuada.

2 comentarios:

  1. Nunca sabes si te enamoras de la persona adecuada. Situaciones como esa son las que nos hacen valorar a esa persona especial cuando la encontramos.

    ResponderEliminar
  2. Bueno ya... me refería a esa persona que sabes que también siente algo por ti. No en plan, como cuando te gusta una persona pero ella no sabe que existes...

    ResponderEliminar