¿Sabías qué...?

Últimamente tengo la sensación de que nada puede ir peor, pero sin embargo a diario me levanto con una sonrisa. Y no lo entiendo, porque a mitad de tarde o así suele desaperecer, pero mientras duermo algo dentro de mí debe hacer que conecten ciertas cosas en mi cabeza y se desconecten otras tantas. En estos momentos adoro lo que mi cerebro es capaz de hacer, aunque últi mamente el pobre esté sometido a mucha presión. Y todo por no haber hecho lo que debía, antes. Ya lo sé. Pero y qué más da, si lo haga cuando lo haga lo voy a hacer mal igual. Para qué preocuparse.

Aun así soy capaz de ser feliz, porque hay algo dentro de mí que me anima a intentarlo. Y aunque a veces se rompa, no sé cómo pero siempre se regenera.
Porque sí, porque yo misma soy capaz de hacerme feliz, aunque solo sea pensando que algun día lo fui.




*Porque las sonrisas sin sentido son las que más valen la pena experimentar. (: