Hoy, justo hace dos años Rubén fue metido a presión por ser testigo del asesinato de Elena. Laura ha conseguido perdonarle, o eso parece...
- Amor, lo siento por todo...
- Rubén, me lo dices todos lo días... En serio, ya pasó... No me lo recuerdes más por favor... Intento olvidarlo...
- Lo siento amor... Te quiero tanto... Tengo miedo de que... - Rubén no termina la frase, Laura lo interrumpe.
- Tranquilo... Está todo olvidado.
No, no está todo olvidado. ¿Pero que está diciendo? Elena era su hermana, no la va a olvidar nunca. Ni si quiera por mucho que le ame. Él fue el culpable y eso Laura lo sabe muy bien.
- Me tengo que ir a casa... Es tarde. Esta noche hablamos. - Laura se despide deprisa y corriendo y se va.
Llega a casa y se tumba en la cama. Rompe a llorar. Siente como su hermana la odia por estar con esa persona. Pero nadie sabe lo que está pasando Laura. Pasar la mayor parte del día con el asesino de tu hermana. Nadie sabe lo que Laura pasa cada vez que lo ve, cada vez que él le acaricia, cada vez que le besa. Laura siente eso como una lenta y dolorosa tortura. Las miradas de los vecinos se le clavan. El nombre de su hermana se oye entre murmullos cada vez que pasa delante de los compañeros del instituto.
Pero nadie se da cuenta que Laura lo pasa mal, que sufre mucho. Necesita desahogarse, por ello le escribe un diario a su hermana:
Querida Elena:
Sé que me odiarás por esto, pero no es lo que parece. No le he perdonado, nunca lo haré. Él me ha quitado lo que más quería. Y eso eres tú. Pienso vengarte hermana. Por eso estoy haciendo esto.
Voy a hacer que se arrepienta cada día de haberme conocido. De haberte hecho lo que te hizo. Voy a hacer que desee morir.
Me da igual lo que la gente piense. Lo estoy haciendo por ti.
Cueste lo que cueste, nos la va a pagar. Te lo prometo.
Laura tras desahogarse intenta dormir. Mañana será un día duro.
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