sábado, 24 de septiembre de 2011

Un gran error.

Un día como este, hace una semana, estaba allí. En el cementerio del pueblo. Decidí ir a darme un paseo, pero no estaba sola... Fui con él. No sé exactamente qué hacía allí, pero allí estaba. Andamos durante un rato con el sol en la espalda.
El aumento de temperatura era notable, por eso le pedí que fuéramos a un lugar donde el sol no nos alcanzara, para conversar.
Estuvimos casi media hora sin decir nada, el silencio cada vez era más incómodo, aunque él intentara reducirlo poniendo música desde su móvil.

Y allí estábamos, él y yo, solos, en un cementerio y escuchando música. Era irónico que me sintiera yo más muerta que los que me rodeaban... Pero estar con la persona que amas y no saber qué hacer ni qué decirle me superaba.
Me pegué prácticamente una hora mirando tumbas sin saber muy bien que decir. Deseando acercarme a sus labios, pero algo me lo impedía... Sabía que si lo hacía todo dejaría de ser como antes. Me resigné, no lo hice, pero entonces el dijo algo que jamás hubiera pensado que diría: "Vamos a mi casa, no hay nadie".
¿Ir a su casa? No estaba segura de lo que podría pasar, pero aún así acepté.
Llegamos a su casa, nos sentamos en el sofá, encendió la tele y fue a la cocina a por un par de cervezas. No sé cómo ni porqué acabé tumbada encima suyo, mientras el rodeaba mi cintura con sus brazos, pensé que eso era lo más cerca que íbamos a estar. Pero me equivoqué. De repente aparecimos en su cama y algo dentro de mí hizo que me impulsara... Le besé. No sé porqué lo hice, pero le besé. Sabía que me iba a arrepentir tarde o temprano, pero lo hice. Tenía miedo, las lágrimas caían por mis mejillas, pero, por supuesto, él no se dio cuenta. Y me besó, y le besé. Estuvimos así un rato. Nuestras lenguas jugaban, danzaban. Por un momento se convirtieron en solo una.
Llegó el momento de la despedida. Lo peor me esperaba en casa. Cuando abrí el chat un te quiero como amiga atravesó mi corazón. Aunque me dijera que se sentía muy mal, estoy segura que no sabe como me sentía yo.

Desde aquel día, nada a vuelto a ser como antes. Y os aseguro, que nunca me había arrepentido tanto de algo que he hecho. No debí hacerlo, pero lo hice y fue el mayor error de mi vida.

1 comentario:

  1. Lo errores exiten para aprender de ellos. No es el mayor error de tu vida ni tampoco será el último. Verás como con el tiempo ese sentimiento se calma y ves las cosas desde una perspectiva distinta... aunque te sigas arrepintiendo.

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