viernes, 19 de agosto de 2011

Que pase lo que tenga que pasar.

Un día como hoy te das cuenta de que las cosas no siempre son como pensaban, de que nada es lo que esperabas en un principio, de que todo acaba siendo lo que menos pensabas. Nunca pienses que las cosas están hechas antes de tiempo, porque puede llegar algo que se entrometa por el medio y lo fastidie, porque nada es seguro, por mucho que pienses que sí y que por mucho que la gente te diga que las cosas van a salir de una manera, lo más probable es que sea todo lo contrario, que salga como menos lo esperas. Por eso yo un día dejé de creer en el futuro, y me puse a vivir el presente, sin esperar a nada, simplemente dejando que pase lo que tenga que pasar. Porque muchas veces eso es lo mejor que puedes hacer, no forzar las cosas, nunca, dejárselo todo al "destino" (por llamarlo de alguna manera).




Simplemente vive el día, y no pienses en lo que pasará mañana, porque puede que algo quiera que lo que supuestamente tenga que suceder no sucedas, y tú te quedes con cara de gilipollas, porque no te lo esperabas.

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