miércoles, 11 de mayo de 2011

Lo siento... Pero debía hacerlo.

"Queridos papá y mamá: 


Adiós.


Quiero que sepáis que por mucho que me haya costado lo he decidido. Este es el final, el fin de mi sufrimiento, pero sobre todo del vuestro. 
No puedo más, esto es muy difícil, pero es así. Me voy para no volver jamás.
Pocos sufrirán al enterarse, pero así dejaré de haceros sufrir a los demás. 


                                                                                 Os quiere; vuestra pequeña".


Así fue como me despedí de las personas que más quería. Una tarde gris, mi última tarde.
No me veía con fuerzas como para seguir adelante. Demasiado sufrimiento para una persona tan joven, y también demasiado para las personas que se preocupaban por mí. Por eso lo mejor era dejarlo todo. Muerto el perro se acabó la rabia, ¿o no?

Unos dicen que no entienden el porqué de mi decisión, otros que no debería haberlo hecho, pues más tarde se hubiera solucionado. Sí, es posible, quién sabe. Quizá se hubiese solucionado con el tiempo, o quizá no, pero eso ahora ya da igual. Ya no hay marcha atrás.
Simplemente lo hice, lo hice porque creí que era lo mejor para todos. Porque quería que la gente dejara de sufrir por mi culpa. Y no me arrepiento. Puede que en el momento lo pasaran mal, pero seguro que están mejor sin los problemas que yo les causaba. Seguro que ahora son felices. Como si yo nunca hubiese existido. Como si nunca hubiesen tenido que preocuparse por mí, de una persona que solo sabía dar problemas Estoy segura de que es mejor así.
También es cierto que me costó mucho tomar aquella decisión. Analicé pros y contras.... Pros: dejaría vivir a los demás en paz; dejaría de sufrir yo; se acabarían las preocupaciones, tanto las mías como las del resto. Contras: dejaría atrás a las personas que más quiero; no vivirá ciertas cosas, como ser madre; no me formaría como persona; no tendría experiencias...

A primera vista, sí, parece mayor la lista de los contras. Pero el primer contra es clave: "... las personas que más quiero". Las personas que más quiero son esas personas que sufrían diariamente mis problemas, la que tenían problemas por culpa de los míos.
¿Queréis saber por qué lo hice? Porque me sentía en deuda. Me sentía en deuda con las personas que daban si día a día por sobrellevar mi vida. Por eso. Por eso di mi vida. Di mi vida por ellos, para que pudieran llevar la suya sin problemas, y lo volvería a hacer.

1 comentario:

  1. Ya sabes que no estoy nada de acuerdo ;)
    A pesar de eso, me gusta el texto, pero solo leido, no llevado a la practica.
    Besos

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