Siempre hay un momento en el que el camino se bifurca. Cada uno toma una dirección pensando que al final los caminos se volverán a unir. Desde tu camino ves a la otra persona cada vez más pequeña. No pasa nada estamos hechos el uno para el otro. Al final estará ella, pero al final solo ocurre una cosa: llega el puto invierno.
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