lunes, 11 de abril de 2011

Dos almas.

Dos almas libres a punto de encontrarse. Él. Un chico dulce y sensible, pero un punto salvaje todavía por descubrir. Ella. Típica niña buena; no tan buena... Amante de los retos. Juntos: deseo, amor, risas incontroladas. Pero por el momento:

- ¡Eh, tú! Mira por donde vas.
- ¿O sino qué? ¿Vas a llamar a papá?
- Sí, pero al tuyo, para que vaya a buscarte al hospital.

Insultos, malas caras, empujones....

Y sin saber cómo, se encuentran varios días después los dos juntos en el parque del barrio.
Risas, anécdotas, sueño por vivir. Pero sobretodo miradas. Miradas dulces. Miradas cálidas. Miradas que lo dicen todo pero a la vez nada. Y una sonrisa dulce y traviesa. Y un mechón de pelo que aparece en el peor momento. Y él que se lo aparta tranquila y cuidadosamente. Y se ruboriza. Y aparta la mirada. Y ella, que lo mira y sonríe. Y piensa mil cosas a la vez. Y se pregunta cómo y porqué están donde están. Cómo ha pasado todo esto. Cómo el amor llegó a la velocidad de la luz y pretendió quedarse por un tiempo. Cómo ese odio que se tenían en un principio se ha transformado en deseo. ¿Será verdad aquello que dicen? "Del amor al odio hay un paso". Y que da igual en qué dirección se dé, pero es verdad. Porque ellos se aman mutuamente y lo saben. Pero ambos tienen miedo a dar ese paso.


>> Martes. Diez y media. Ellos.
Noche tranquila. Noche llena de fantasía.
Se encuentran en una habitación grande, cálida, luminosa. Ella está en sus brazos y se deja caer en una cama amplia, decorada con unos bonitos pétalos blancos.
Él. Botella de cava en mano. Llena una copa y se la ofrece. La bella muchacha que está en su cama la coge divertida. Y se ríe. Y está nerviosa. Pero a la vez eufórica, emocionada. Con tantas emociones juntas que no sabe que pensar. Él choca su copa contra la de ella. Y brindan por un amor que está a punto de perderse entre las sábanas.


Ella corre desnuda y divertida. Ríe y se escapa de él. Este la persigue. La alcanza y la besa; un beso largo, suave, lento. Y caen en el sofá divertidos. Y se besan y se ríen. Y se aman...
Una caricia, un deseo. Un amor joven. Dos almas que se funde en una noche de pasión. Que vuelan juntas. Que juegan, se divierten y se aman.

Una caricia a la altura del ombligo y un escalofrío que recorre su cuerpo.
Él se pierde entre sus cabellos dorados, entre su aroma dulce. Ese aroma que respira como si fuese lo único necesario para que siga con vida.
Una caricia suave en el cuello que va bajando suavemente. Y los dedos de él que pasean por su piel lenta y delicadamente, como si ella fuera una hermosa rosa. Y bajan divertidos por su ombligo.

Y así vuelven a perderse entre las sábanas. Las mismas que han sido testigos de un primer amor y un deseo incontrolable.

1 comentario:

  1. Me abstengo de hacer comentarios al respecto....
    jajajaja
    En fin....
    Yo también haré mañana o así un texto "efervescente" :P
    o no... no sé xD
    te quié

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